Cómo mejorar las competencias de los docentes: Guía para la autoevaluación y el desarrollo de las competencias del profesorado.
Cano, Elena (2005). Cómo mejorar las competencias de los docentes. Guía para la autoevaluación y el desarrollo de las competencias del profesorado. Barcelona: Editorial GRAÓ, 213 pp. (Colección: Desarrollo personal del profesorado).
Elena Cano, la autora de este libro, es doctora en Pedagogía y licenciada en Ciencias Económicas, así como profesora titular del Departamento de Didáctica y Organización Educativa de la Universidad de Barcelona. A lo largo de los últimos años ha venido trabajando temas de formación, evaluación y calidad en todos los niveles educativos, materias sobre las que tiene diversas publicaciones.
En la presentación del libro se pone énfasis, por un lado, en que una formación profunda sobre la disciplina que impartimos los profesores resulta imprescindible; por otro, en que la formación psicopedagógica no resulta menos importante; y finalmente, en lo indispensable que es disponer de ciertas competencias (profesionales, pero también personales) para desarrollar nuestro quehacer diario.
La doctora Cano enfoca en este libro su interés en la formación y actualización de los docentes, quienes deben disponer de ciertas competencias que les ayuden a enfrentar los retos crecientes y cambiantes de la época actual, especialmente para el enfoque basado en la enseñanza de las competencias, que deben adquirir los estudiantes de diversos niveles educativos.
El libro consta de nueve capítulos. En la “Introducción” la autora analiza los siguientes temas: el pensamiento del profesorado y la relación entre sus intenciones y su conducta; la microenseñanza, que es un procedimiento de entrenamiento dirigido a la simplificación del acto pedagógico, reduciendo los elementos que intervienen (contenido, tiempo, alumnado, etc.); y la evolución de los roles del profesorado en los modelos de enseñanza centrados en el aprendizaje. Las ideas anteriores pudieran, a juicio de la autora, estar vinculadas con el enfoque de la formación docente por competencias en sus dos dimensiones: una restringida y otra amplia, sin que éstas tengan que ser un discurso nuevo, como se pretende. Asimismo, se definen y caracterizan las competencias profesionales ideales del docente, las cuales pueden mejorarse y/o aprenderse a través de programas de formación.
En el segundo capítulo “Las competencias del nuevo docente” plantea interrogantes como: competencias, ¿para qué? o ¿al servicio de qué?, ¿cómo se entienden las competencias aplicadas a la profesión docente?, y ¿en qué marco de actuación toman sentido las competencias? Después del análisis de estas interrogantes se presenta una propuesta-síntesis global de competencias clave tomando en cuenta las formas en que las clasifican diversos autores.
En el tercer capítulo, “Capacidad de planificación y organización del propio trabajo”, se ilustra con un ejemplo el problema que se presenta al no planear el trabajo que se pretende desempeñar, y se dan propuestas a través de actividades y algunas reflexiones de cómo distribuir el tiempo para las diversas tareas a realizar, con la finalidad de mejorar la capacidad de organizar el trabajo de cada docente.
En “Competencias comunicativas”, el cuarto capítulo, se destaca que el profesorado debe estar atento a la recepción de estímulos e informaciones constantes y la transmisión de mensajes en diversas situaciones, ya que la enseñanza es, en esencia, un acto comunicativo. Por lo anterior, la autora dedica un gran espacio a las actividades prácticas tendentes a la mejora de la comunicación, para evitar caer en errores en ambos sentidos: emisor-receptor y viceversa; así como cuidar los mensajes verbales y no verbales en la comunicación.
El capítulo quinto “Capacidad de trabajar en equipo”, favorece la comprensión de los beneficios de esta modalidad de trabajo. A través de diversas actividades se logra que el profesor comprenda qué es trabajar en equipo, sus ventajas y desventajas, cuándo es aconsejable abordar el trabajo de esa manera, qué se aporta al trabajar en equipo y qué se recibe; también sugiere cómo hacer más dinámico el trabajo por medio de diferentes técnicas, considerando el tamaño del equipo. Con la finalidad de fomentar una actitud colaborativa del lector, se plantea una actividad de autoevaluación de esta competencia. Por otra parte, se aborda la forma más efectiva para aprovechar las reuniones convocadas en los centros educativos, mediante acciones efectuadas antes, durante y después de dichas reuniones. Finalmente, la autora cita varios puntos de reflexión, para mejorar la competencia objeto de este capítulo.
“Las habilidades interpersonales para la resolución de conflictos” son analizadas en el sexto capítulo. Por medio de actividades se define qué noción de conflicto se tiene, contrastándola con la definición de la autora: “conflicto significa la percepción de una divergencia de intereses o la creencia de las partes de que sus aspiraciones actuales no pueden satisfacerse simultánea o conjuntamente”. Sin embargo, queda claro que el conflicto puede verse desde diversas perspectivas que aquí son analizadas. Elena Cano establece dos tipos de causas de generación de conflictos: las personales y las organizativas. Algo sumamente importante es que aborda cuáles son los conflictos más frecuentes en el aula, hace algunas propuestas para caracterizarlos y plantea una posible solución; advierte que existen diferentes estilos en la resolución de conflictos y destaca la importancia de aprender a distinguir que éstos pueden estar en diferentes fases o momentos. Al final propone una actividad que permite analizar la última situación conflictiva que vivió el lector, y expone los pasos para su solución, según lo aprendido.
En el capítulo séptimo: “Capacidad de usar significativamente las nuevas tecnologías de la información y la comunicación”, la autora evalúa, con ayuda de una actividad, cuáles son las principales competencias que se posee en el uso de las NTIC y reflexiona sobre los factores que inhiben la incorporación de las mismas. De acuerdo con los resultados de diversos investigadores, recomienda las habilidades mínimas en el manejo de las nuevas tecnologías que los docentes deberían de poseer y que podrían mejorar y acrecentar. Ayuda a entender que el manejo de las NTIC corresponde a una dimensión no sólo instrumental. A través de una actividad, nos permite ser conscientes de que su uso, además de producir cambios técnicos, puede dar lugar a cambios pedagógicos y en el quehacer profesional. Por último, al ejecutar una actividad propuesta en el libro) se puede conocer el grado de habilidades en el uso de las NTIC, su importancia en el trabajo, la posibilidad de aprenderlas y desarrollarlas, así como la habilidad para priorizar las necesidades de actualización de acuerdo con las circunstancias de la realidad en que se vive.